Me encanta dialogar sobre música con las generaciones actuales, son realmente los adolescentes o jóvenes de menos de veinticinco años quienes me suelen poner al tanto de las nuevas tendencias y es que es maravilloso decirlo, pero no todos escuchan trap ni reggaetón y tienen gustos muy interesantes.
Pues bien, en el camino suelo encontrarme con historias bastante particulares, pero como se suele decir: “nada nuevo bajo el sol”.
No han sido casos aislados cuando me cuentan como sus bien intencionados padres, pero lamentablemente cegados por un fanatismo religioso, han enviado a sus hijos a consejería espiritual por ser fans de BTS o One Direction, ya que, según ellos, el escuchar estos grupos juveniles son los causantes de muchos de sus problemas, dificultades que básicamente son típicas de su proceso de crecimiento.
Todo esto me hace preguntarme si en algún momento del 2000 algún alarmado padre enviaría a sus hijas adolescentes a alguna clase de exorcismo por ser fan de Jump 5, Stacie Orrico o ZoeGirl, grupos que básicamente salieron en la misma época del boom del teen pop para de alguna forma competir con Backstreet Boys y Britney, pero con un mensaje que alentara la fe en chicos y chicas de esa edad.
Y es que tras ver un documental de Plus One, no pude evitar notar algo evidente y es que cuatro o cinco chicos (ya no recuerdo y no quiero buscar en Google), bastante bien parecidos y con una estética bien cuidada, producían la misma euforia en sus fans, con la diferencia de letras más inclinadas al amor celestial.
Entonces ¿A qué se debe tanto alboroto?
Algo que recuerdo con cierta de vergüenza ajena es como en los años noventa observaba algo realmente curioso y es como se nos advertía acerca de no idolatrar cantantes “seculares” o “mundanos” mientras muchos cantantes de alabanza que solía ver en congresos o conciertos, parecían imitar a gran perfección los ademanes, ropa y hasta gafas de Marcos Witt, no miento cuando afirmo que vi a muchos dejarse crecer la barbilla cuando el famoso cantante evangélico lo hizo.
Dejando atrás estas remembranzas noventeras que a veces me producen sueños nocturnos que no se si ubicarlas en la categoría de pesadillas o recuerdos del subconsciente, estas historias de chicos enviados a consejerías por amor a su artista favorito, me lleva a una película de 1982 que no es más que una muestra del famoso Pánico por el Satanismo de aquellos años, algo de lo cual no estoy seguro si Norteamérica y parte del continente latinoamericano ya superó.
¿Tu Decisión?
Entendamos un poco el contexto de aquellos años en la sociedad norteamericana que igual no vamos a mentir, finalmente la latina se influencia de manera irremediable, se encontraba por aquel tiempo abrumada ante un supuesto crecimiento del satanismo en la sociedad y especialmente los jóvenes.
Personajes como Bob Larson y los hermanos Peters (de quien sospecho se influenciaron mucho para la creación de la película que hablaremos a continuación) se encontraban en una paranoia (lucrativa sí, pero paranoia) sobre la relación que el ocultismo tenía con la música rock, es entonces cuando llega la saturación de libros, conferencias y videos “especializados” en el tema.
Es aquí cuando la comunidad evangélica ve la oportunidad de crear una película de concientización que termina convirtiéndose en la más aburrida, tediosa e incoherente alguna vez producida.
Rock It’s Your Decision es definitivamente un caso de aquellas películas anti rock cuyo mensaje termina creando un efecto contrario si se observa con algo de sentido común.
Dirigida por John Taylor y protagonizada por una serie de actores que hoy nadie recuerda y no hay premio por adivinar el porqué, con tan solo 50 minutos pero suficientes para torturar a todo un grupo juvenil un sábado en la noche (de repente recordé mi adolescencia donde nos colocaban películas de Francisco del Toro que nunca me quedó claro si era una especie de castigo y tortura por mal comportamiento) nos sumergen en el típico caso de un chico rebelde con su madre quien constantemente le grita por escuchar a alto volumen sus discos de rock n roll.
Antes de continuar hay que destacar que su guionista, una mujer de nombre Karen Richardson comenzó el proyecto como un trabajo experimental mientras estaba en la universidad, pero reconoció realmente no saber nada sobre música rock, lo cual es un detonante significativo para el resumen final de la historia.
La película comienza con un concierto de rock genérico que la verdad se veía tan inofensivo como una maratón de la serie de los Hermanos Grimm, el cual procedía después a mostrarnos al adolescente de nombre Jeff pidiendo perdón a Dios en la iglesia por discutir con su madre sobre el volumen de la música.
Hasta aquí todo bien, el hecho de ver un chico reconociendo la gran falta que conlleva el no honrar a sus padres.
Pero ¿cuál es la respuesta a la cual la narrativa debería llevarnos? ¿que todos luchamos con una naturaleza pecaminosa? ¿citar al apóstol Pablo cuando dice que “lo que no quiero hacer eso hago”? ¿Ayudar a los adolescentes probablemente obligados a ver la cinta a la necesidad de someter nuestro carácter a la obediencia a Cristo por medio de la dependencia al Espíritu Santo?
No, el problema es escuchar rock, supongo que según los guionistas el problema de la contaminación del hombre está afuera y no adentro que es lo que enseña Mateo 7:15.
¿Deberíamos de culpar a Mozart de la falta de obediencia de un hijo hacia sus padres antes del siglo veinte? No me queda claro.
Es entonces cuando la preocupada madre recurre a pedir ayuda al más inexpresivo de los personajes de la película, su pastor de jóvenes, el señor Jim.
El pastor dialoga con su madre acerca de cómo el dejar de escuchar música rock es el mayor obstáculo que puede tener un joven cristiano, ¿En serio? Bueno, no sé dónde queda la presión de grupo en la universidad, la pornografía…
No obstante, el pastor igual sugiere a su madre que no puede tener la autoridad para decirle a su chico que no escuche esta terrible música mientras pasa las noches viendo toda la inmoralidad que presentan las telenovelas.
¡Único punto positivo de la película!
Posteriormente, el pastor Jim y Jeff tienen una conversación donde éste le reta a tener dos semanas sin escuchar este destructivo género musical y tomar la opción de escuchar la música que “no avergüence al Señor”.
Tengo que reconocer que en este punto tuve que volver inmediatamente a la actualidad y pensar en lo vergonzoso que deber ser para nuestro buen Señor la baja calidad artística de un gran porcentaje de la música cristiana actual.
En fin…
Tras de prestarle los últimos “Best Sellers” evangélicos sobre el tema del rock, los cuales en ningún momento muestra sus autores pero que rápidamente me llevan a los nombres de Larson, Peters y el Padre Jean Paul Regimbal, se ofrece a facilitarle su colección musical que serviría de alternativa para reemplazar a Black Sabbath y compañía.
Entonces, al pensar en el contexto de aquellos años ¿Qué grabaciones de rock cristiano serian una gran alternativa? ¿WhiteHeart? ¿Vision? Después de todo Vision tiene de soporte el testimonio de conversión de dos ex miembros de Lynyrd Skynyrd que sobrevivieron al fatídico accidente de avión, podría ser también Petra, Amaziah o High Power, bueno si es demasiado “pesado” entonces quizás las dulces canciones acústicas de Amy Grant o por lo menos algo de easy listening de Steve Green o Pat Boone.
No, grabaciones de himnos.
Quiero ser claro en esto, me encantan los coros e himnos antiguos, soy el primero en disfrutarlos cuando son interpretados por el grupo de alabanza de mi congregación, pero me resulta muy difícil pedirle a un adolescente que reemplace sus discos de rock ofreciéndole un género que no dispara la misma motivación y es realmente poco asertivo o empático a su lenguaje juvenil.
Esto, además, que el pastor confiesa haber sido músico de rock, lo cual al mejor estilo Bob Larson solo deja en el aire la sospecha que tal vez existe una frustración inconsciente por escaso éxito en el mundo de la música y esto es lo que le llevaría a después satanizarla, pero nunca lo sabremos y la verdad que importa.
Comienza entonces la misión de sacar al atribulado Jeff de las garras de la música que atrae “demonios y diablos” ¿No son exactamente la mismo? Ya me perdí.
Finalmente, el resto de la película muestran el gran sufrimiento de Jeff al ver peligrando su relación sentimental con su novia quien desea ir a un concierto y las constantes discusiones con su mejor amigo, ambos personajes que no son presentados como punks o headbangers sino como frustrados chicos del grupo juvenil de la iglesia (omito sus nombres ya que en serio los olvidé y no me preocupo en recordarlos).
Tras una escena en una especie de fiesta muy poco salvaje en realidad, nuevamente Jeff discute con sus amigos por poner música de rock y regresa enojado a su casa a colocar sus cassettes…de rock.
Es decir, salió enojado de una fiesta donde escuchaban rock para llegar a su casa…bueno, ya a estas alturas no busquemos explicación.
El caso es que vuelve a discutir con su madre, regresa a la fiesta…si, ¡¡¡regresa!!! Para volver a la misma discusión y posteriormente detener su auto en un lugar oscuro y orar por la decisión más grande que debe tomar cualquier joven cristiano, que ya sabemos que no es escoger una carrera universitaria o ir de voluntario misionero, sino dejar de escuchar música “mundana”.
La última escena ya después de tanta tortura cinematográfica nos presenta a Jeff predicando en una reunión donde asisten tantos los jóvenes como los padres de la congregación y en este punto pensaba que ya no podría ser peor, pero la verdad es que si podría.
El acalorado sermón del chico sirve para exponer algunas de las canciones más “blasfemas” de la historia, lo cual solo sirve para que la vergüenza ajena sea cada vez más sofocante.
Evil Ways y Soul Sacrifice de Santana, la primera habla de un cambio de pensamiento hacia la opción de una vida mejor y la segunda… es instrumental.
Dance With The Dragon de Jefferson Starship, canción que habla del año del dragón en el calendario chino, pero que seguramente sin mirar si quiera la letra la están relacionando con satanás como dragón metafórico.
Cita One of These Nights de The Eagles, el cual habla de buscar una mujer a la que llaman “hija del diablo”, lo cual en realidad habla de lo peligroso de las relaciones clandestinas, bueno, al menos dejaron de lado por un rato a Hotel California.
No contento con tan ignorante exposición de significados de canciones, decide desenmascarar la perversión en las melodías de artistas como ¡Barry Manillow y The Captain and Tennille!
A este paso ya estaba esperando que mencionaran Chiquitita de ABBA.
¿Ya había mencionado que su guionista Karen Richardson no tenía la más mínima idea de rock?
Todo esto ante la mirada de su descontenta novia, el desagrado de su mejor amigo, sus orgullosos padres y el pastor Jim arrinconado en una esquina del salón y cuya inexpresividad no me dejó en claro si estaba orgulloso o sentía la misma vergüenza que yo al observar el final de la película.
Nunca me quedó tampoco en claro si el rock cristiano también quedaba en tela de juicio para los realizadores de la película, pero al ver algunos videos de aquellos años donde Stryper, Petra y hasta Sandi Patty eran arrojados a la hoguera, no sería nada raro en realidad.
Llevándolo al Límite
Al momento de comenzar esta nota encontré algunos videos muy interesantes como una entrevista al músico Tommy Shaw quien recordaba como en los tiempos de su grupo Styx fue acusado de satanismo ante supuestos mensajes que se escuchaban al revés de las canciones.
Y es que yo mismo fui testigo, aunque ya en mi adolescencia en los noventa, de cómo esta clásica agrupación era acusada de lo oculto y yo no lograba entender como una banda con canciones como Mr. Roboto y su intergaláctico disco Kilroy Was Here podrían estar metidos en ello.
Tommy Shaw afirmaba que era muy extraño ya que una agrupación conformada principalmente por católicos y dos chicos que fueron educados en la iglesia bautista, no estaban para nada interesados en promover alguna agenda satánica en sus canciones, aunque finalmente y para burlarse un poco de todo ello incluyeron un mensaje de backmasking grabado hacia atrás en una de sus canciones que decía “the music is evil”.
Lo curioso es que de igual manera estas burlas llegarían con bandas abiertamente cristianas como Petra, quienes no escaparon de esta cacería de brujas y como respuesta a ello, su disco More Power To Ya incluía en su canción Judas Kiss un misterioso mensaje grabado al revés al inicio de la canción.
Esto sería algo por demás gracioso al voltear al revés el mensaje y encontrarse con el mensaje de “Por qué estás buscando al diablo cuando deberías estar buscando al Señor”.
No contentos con ello su canción Witch Hunt del disco Beat the System, respondían a aquellos que por estar buscando “La maldad donde se quiera encontrar”, se enfocaban en ver al diablo en todo lo que no encajaba en su molde de supuesta santidad en vez de ocupar el tiempo en su labor de predicar a Cristo.
Fue de igual manera a finales de los setentas cuando el entusiasmo del pueblo evangélico se encendía tras la conversión al cristianismo del ya fallecido rockero B.J. Thomas, no obstante, esto traería para el cantante algunas molestias públicas.
Llevaba ya un tiempo de publicar algo de música con contenido cristiano en 1982, pero su intento de mezclar esto con canciones “seculares” en su concierto en Lloyd Noble Center causó un gran disgusto tanto para el cantante como para su público, al punto que cansado de los improperios de una mujer que le gritaba sin parar, el músico responde con un tajante “Me gustaría que Jesús te hiciera callar”.
Thomas no tuvo reparo en ser fuertemente critico ante su audiencia y exponer como sus juicios e intolerancia religiosa era una contradicción ridícula ante el verdadero evangelio, los ridiculizaba de igual manera por llamar diabólico al rock n roll y fue a partir de ese fatídico concierto cuando decide alejarse de una audiencia cristiana y solo enfocarse en hacer conciertos para todo público.
“Muchos de mis conciertos son experiencias grandes y dolorosas para la comunidad cristiana. Parece que no pueden oír a alguien cantar. Siempre tiene que ser algún tipo de cliché cristiano o canción bíblica, o sienten que tienen derecho ante Dios a rechazar, juzgar y burlarse”. Afirmó después de aquella mala racha.
«Existe una tendencia a no abordar el dolor humanista real que se encuentra en la música pop», dijo. «Se convierte en papilla cristiana”.
A pesar de esto, es a finales de los noventa donde encuentra refugio en Community Church of Joy en Arizona en 1999, congregación que le acogió y le brindó la oportunidad de cantar ante una audiencia religiosa menos agresiva y en la cual se sintió más cómodo de expresar su arte.
Una Imagen de Fe Domesticada
Realmente me impresiona el cambio que actualmente podemos visualizar en muchas de las estrellas del rock cristiano, para muchos es un retroceso en su fe, pero se trata realmente de una madurez que es muy difícil de asimilar para muchos.
Uno de los casos más notables es el de Cristal Lewis que se encuentra hoy ya muy lejana de ser la cantante domesticada que las disqueras cristianas querían vender como un producto, ya que como ella misma lo ha manifestado, los representantes de las disqueras nunca permitieron que tuviese la libertad que realmente deseaba como artista.
Es por ello que después de un doloroso divorcio, hoy la vemos con la imagen de una agresiva rockera de los años cincuenta y cantando swing en los bares de jazz, lejos de la presión de la imagen bien pulida y casi perfecta que le impusieron en el pasado, algo que solo se traducía en lo lucrativo que esto podía ser para las disqueras.
La verdad es que el público cristiano puede no ser tan difícil de complacer si se tiene la estrategia comercial correcta, pero ¿Es este el objetivo real de hacer arte para Dios?
La verdad es que resulta algo aburrido ver como la saturación de bandas que solo imitan una y otra vez el sonido Hillsong para tener contentos a las masas, están limitando la posibilidad de mostrar creatividad y explorar nuevos sonidos, además de la triste realidad de muchos músicos intentando tener un espacio de media hora en algún festival góspel y luego esperar de manera frustrante los próximos cinco minutos de “fama”.
Por otro lado, me agrada encontrar en las redes sociales como enormes festivales de rock en Norteamérica y Europa ya perdieron la estigmatización de décadas anteriores y es maravilloso ver como en un mismo día y mismo escenario donde se presentan agrupaciones como Anthrax, Slipknot o Ghost pueden abarcar bandas como Skillet, Narnia, P.O.D. e incluso en algunas ocasiones a grupos como Newsboys.
Y la razón es sencillamente que estamos hablando de la libertad de expresar la fe cristiana ante un mundo donde muchas veces se expone el problema, pero no la solución, estas bandas tienen la oportunidad de presentar a Cristo como la respuesta a la problemática del pecado, los problemas sociales y la desesperanza en un mundo caótico.
Esto además pone entre dicho, esa idea que se promovió por mucho tiempo que la visión principal del movimiento rockero era promover una especie de guerra contra el cristianismo y es que realmente, aunque algunos músicos han promovido un rechazo y una mofa contra la fe evangélica, también existe un sector que respeta cualquier tipo de dogma y aunque no acepten el mensaje creen que tiene cabida en este amplio espectro musical.
Incluso, aunque pareciese demasiado salido de la realidad, los seguidores de movimientos más extremos del metal han reconocido la calidad de bandas como Mortification y Demon Hunter, incluso hasta muchos críticos del black metal han tenido que reconocer el aporte de grupos como Antestor especialmente por su disco Forsaken, el cual se ha catalogado como uno de los mejores en el género.
Un Mundo de Grises
Tim Tebow futbolista norteamericano, siempre ha sido muy abierto sobre su fe cristiana, no escatima en arrodillarse a alabar y dar gracias antes de comenzar algún partido.
Desde comentaristas deportivos hasta el programa SNL, han hecho mofa de sus creencias y mostrado su desagrado.
Es entonces, cuando un comentario de un famoso músico en su cuenta de Twitter expresó igualmente su desaprobación por quienes le atacan sin piedad.
Este músico era para sorpresa de muchos uno de los más atacado por comunidades cristianas al inicio de su carrera, nada más y nada menos que Genne Simmons, bajista y cantante de la banda KISS.
«Fue muy criticado y se burlaron de él simplemente porque es un hombre de fe que creía en sus valores cristianos», dijo Simmons sobre Tebow. «Es una vergüenza para la NFL y el resto del mundo por caer tan bajo«.
Al igual como sucedió en el pasado con grupos como KISS o Alice Cooper, los finlandeses de Lordi, también fueron fuertemente atacados por sus vestimentas monstruosas y sus agresivos videos.
Fue en 2006 tras ganar el festival Eurovisión cuando la banda encontró un reconocimiento más allá de Europa, llamando la atención por su música shock rock y encendiendo una gran controversia con su canción Hard Rock Hallelujah, un extraño tema donde invitaban a los creyentes a sostenerse en la fe.
No obstante, hay que reconocer que sus vestimentas y mascaras no ayudaban mucho en realidad, ante esto su cantante “Mr. Lordi” tiene una respuesta sencilla:
«Soy miembro de una iglesia y nuestro baterista Kita realmente escribió y tocó música de la iglesia. No quiero arder en el infierno, quiero ir al cielo».
Y es que en este punto debemos decir que cuando se trata de arte hecho por creyentes cristianos, las cosas no son necesariamente blanco o negro, más bien diríamos que abundan matices muy grises.
Por otra parte, creo firmemente que cuando un creyente bien enfocado en su deseo de agradar al Señor va madurando en su fe y entiende la labor del Espíritu Santo en su vida, puede discernir lo que es o no conveniente, no solo acerca de que música que puede escuchar sino sobre que películas o series de t.v. debería desechar debido a que no aportan nada valioso a su crecimiento personal.
Creo que incluso estos temas se pueden debatir sanamente con madurez, conocimiento y buen criterio, el problema es que a veces las congregaciones pierden demasiado el tiempo cuando deberían estar más enfocados en el campo misionero, la evangelización y la labor social.
Links asociados:
Película Rock: It’s Your Decision en IMDb
Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.