Se cumplen ya cuatro años desde que un tumor maligno se llevó la vida de la reina del soul Aretha Franklin.
Stevie Wonder, Jesse Jackson y su ex-esposo Glynn Turman, acompañaron en su lecho de muerte a una mujer que ayudó a definir el rock femenino al punto que incluso muchas artistas contemporáneas siguen citándola como principal influencia.
Pero no es solo la música lo que define su difícil vida, al igual como pasa con muchos cantantes o músicos afroamericanos, esa lucha constante entre la fe cristiana inculcada de pequeña y los placeres sexuales era un constante ir y venir en su historia.
Su padre el predicador C.L. Franklin no solo es recordado por sus sermones sino también por un incontrolable apetito sexual de la cual su hija no era ajena, no obstante fue allí en las reuniones de una iglesia bautista donde comenzó a cantar y posteriores grabaciones góspel como Amazing Grace son algunas de sus producciones más relevantes.
Y es que esa relación entre el góspel y los ritmos contemporáneos ha estado vigente desde los mismos inicios del rock n roll, al punto que las canciones espirituales para muchos historiadores es el referente que marcó mucha de la energía escénica que dio forma a lo que hoy entendemos de manera recurrente como rock propiamente dicho.
Por supuesto tendríamos que citar a otro icono recientemente fallecido como lo fue Little Richard el auto denominado rey sin corona, cuentan que sus últimos días reflejaban a una persona que parecía haber encontrado la paz, lo que traduce en solo un recuerdo del salvaje rockero que en los años cincuenta aceleraba en su piano el ritmo del rnb y desafiaba los estándares sociales luciendo una estética de ambigüedad sexual y viviendo los excesos que la fama añadía.
Sin embargo, su vida fue una lucha constante entre cumplir la voluntad de Dios y ceder a los placeres carnales, es cierto que incluso en sus momentos de efervescencia al inicio de su oficio como predicador citó al rock n roll como raíz de los males, pero a mitad de los ochentas su postura se aliviana y reinventa su carrera con su disco Lifetime Friend, el cual fusiona algunas letras espirituales con el rock.
¿Cielo o Infierno?
Pensando en que no debería caer en los mismos prejuicios de los detractores del rock n’ roll, decidí en algún momento buscar y escuchar detenidamente las grabaciones del músico y evangelista Jimmy Swaggart.
Sus temas encaminados hacia un góspel clásico, en ocasiones muy sureño, no están a pesar de todo, demasiado alejados de la música de la cual decidió desde su concepción realizar una especie de cacería de brujas.
Finalmente, aparte del blues y el jazz, es el country, el bluegrass y por supuesto la música espiritual de las iglesias norteamericanas, las que dieron lugar a la creación del salvaje rock n’ roll y sus derivaciones. Estos últimos géneros estaban definitivamente muy presentes en las grabaciones del evangelista.
Jimmy Swaggart, es además primo del pionero del rock, Jerry Lee Lewis y según la biografía de la banda de glam metal cristiano Stryper, fue gracias a una de sus predicas en la que los músicos se decidieron a vivir para Cristo.
Para el evangelista posiblemente no sería agradable que una banda de rock n roll hiciera estas declaraciones, pero tampoco lo sería para la banda sobre la que tiempo después Swaggart escribiría un libro intentando destrozar el por aquel entonces ya amplio movimiento del rock cristiano. Por supuesto, los músicos de Stryper no saldrían para nada bien librados.
No obstante, y como sucedió con muchos de los tele evangelistas de los 80s, Swaggart se vería envuelto en un fuerte escándalo sexual, por el cual con lágrimas en los ojos pidió perdón públicamente a su congregación. Finalmente su vida no era menos controversial que la de su primo Jerry Lee Lewis, apodado “The Killer” por la forma agresiva de ejecutar el piano.
Jerry es expulsado de una escuela bíblica en donde aspiraba convertirse en predicador por reinterpretar a ritmo de boogie woogie un himno evangélico de una manera poco ortodoxa, todo esto años antes de que muchos músicos cristianos empezaran a cantar sobre Jesús influenciados por las melodías de The Beatles.
Como pionero del rock no sería del todo ajeno a sus raíces musicales, ya que en algunos momentos de su carrera grabó discos de canciones espirituales.
Para fortuna de los nostálgicos coleccionistas, se logró rescatar ese genial encuentro en Sun Récords cuando Elvis Presley, Carl Perkins, Johnny Cash y por supuesto The Killer se reunieron a un jam session mayormente para interpretar canciones de góspel, el cual sería llamado “el cuarteto del millón de dólares”.
Para los más supersticiosos, la vida de Lewis es vista casi como una especie de maldición, su vida destruida por los excesos, sus muchos fracasos matrimoniales y la trágica muerte de algunas personas cercanas a su vida no es propiamente una vida digna de envidiar.
A pesar de eso, afirma que no descarta aún ponerse del lado de Dios, pero Lewis describe este deseo lejano al sentir que el mundo lo arrastra constantemente.
B.B. King no solo fue uno de los máximos expositores del blues, las grabaciones espirituales siempre hicieron parte de su carrera. En un entrevista para el diario El País en el 2010 contaba que “toqué la guitarra cuando vi al predicador de mi iglesia tocar. Quise ser como él. Aunque siempre quise ser un cantante de góspel, no de blues, pero con el góspel no me daban propinas en las esquinas y con el blues me daban unas muy buenas…”.
Finalmente sería mayormente conocido como uno de los más relevantes guitarristas de blues, pero su fe seguía siendo importante en su vida ya que antes de morir reconocía que lo único que pararía su significativa musical era una fuerza superior “Sólo me jubilaré cuando me llame el de arriba”, tal momento llegó en el 2015 no sin antes agradecer a sus fans su apoyo en su cuenta de Facebook “los buenos deseos y las oraciones”.
Tom Jones fue la voz negra en un cuerpo de blanco, el sex simbol del soul durante muchas décadas, aunque siempre se mostró fascinado por la música religiosa. Es en la actualidad un artista muy preocupado por exaltar a Dios con su música sin dejar su estilo característico.
Si hablamos de los romances del rey del rock n roll no debemos limitarnos al plano de las mujeres, Elvis Presley era apasionado en su forma de interpretar los spirituals, cantar estos temas sentado en su piano en la mansión Graceland, parecía traer paz sobre todo en sus últimos días (aunque algunas investigaciones apuntan a que el rey fingió su muerte en el año 77) en medio de la incomodidad que ya le hartaba la fama, sus problemas con drogas recetadas y la nunca superada muerte de su progenitora.
Sus memorables grabaciones acompañado de los coros de grupos góspel novedosos como The Imperials, Jordanaires o Sweet Inspirations, donde se aprecian canciones que hacen parte del folclor evangélico como composiciones de Bill Gaither o Mylon Lefevre son piezas de colección exquisitas y una experiencia imperdible para los fanáticos del rey.
El Chico Malo y el Bueno
Otros pioneros del rock corrieron con una vida más estable al abrazar la fe antes que los excesos de la fama los consumieran.
Pat Boone llega en la segunda ola del rock n roll tras una serie de cantantes adolescentes cuyas rentables disqueras buscaban para aplacar un poco la imagen ruda y poco ortodoxa que representaban Elvis o Chuck Berry.
Pero como suele pasar comúnmente la imagen pública tiende a contradecir lo que somos en la intimidad, Boone estuvo a punto de perder su matrimonio debido a sus constantes escapes a fiestas y abuso del alcohol.
Su posterior conversión al cristianismo no obstante llegó con un declive de popularidad debido a que siguiente década llega con las suaves guitarras acústicas del folk y la invasión británica, algo que finalmente no sería problema para el cantante ya que se dedicaría a la música sacra, fundaría una disquera que ayudaría al creciente movimiento de Jesús y protagonizaría películas de corte evangélico.
Uno de los momentos más simpáticos de su carrera fue en el año de 1997 donde publica un disco acompañado de una orquesta de big band haciendo covers de clásicos de Alice Cooper, Led Zeppelin o Deep Purple bajo el nombre de In a Metal Mood: No More Mr. Nice Guy.
Una de sus últimas apariciones en cine fue en la película God’s Not Dead 2.
Cliff Richard también comenzaría por aquellos años en Europa con su banda The Shadows siendo una respuesta a la proliferación de cantantes que Norteamérica exportaba.
El artista que había sido definido como ‘obsceno exhibicionista’, ‘demasiado sexy para la televisión’, o un ‘peligro para las hijas’, termina sorprendiendo a la audiencia europea entregando su vida a Dios en 1966.
Las décadas siguientes terminaría por labrarse una carrera paralela donde discos románticos y otros cantando sobre su fe no serían un obstáculo para ninguno de los dos frentes.
Johnny Cash representó tanto en vida como después de su muerte, mucho más que simplemente ser el pionero del rockabilly.
El llamado “Hombre de Negro” es citado por una gran cantidad de músicos como una de sus mayores influencias y de ser importante para la gestación de géneros tan dispares como el rock gótico y el country alternativo. Grabó al lado de U2 y los punk trashers de One Big Pig y posiblemente fue uno de los primeros músicos de fe en no presentarse como un músico cristiano sino como un artista de fe.
Cash sobrevivió a momentos trágicos desde muy temprana con un historial de pérdidas familiares, un divorcio, adicción a sustancias sicoactivas y otros momentos difíciles que lograron superarse gracias a su fe y la ayuda incondicional de su segunda esposa la cantante June Carter con la cual compartió sus últimos momentos de vida.
A diferencia de otros de sus contemporáneos Cash siempre se inclinó por cantar por los marginados y la gente del pueblo, al punto de grabar uno de sus más recordados discos en vivo en la prisión estatal de Folsom California.
El regreso a la fe cristiana de Cash no fue como muchas veces se trata de engañar pensando que todo ya es color de rosa y nuestros problemas se acaban, el cantautor tuvo que ingresar nuevamente a rehabilitación en varias ocasiones, pero es precisamente donde encontramos lo hermoso de su historia, ya que hablamos de un cristiano real que no escondía sus luchas y como se aferró a su dependencia al Padre Celestial hasta sus últimos días en esta tierra.
Un Stone en la Iglesia
No cabe duda que la historia de los Rolling Stones es tan oscura como su popular canción Paint it Black, pero su “simpatía por el diablo” es a pesar de todo una cuestión difícil de evaluar en cuestiones de realidad o simple marketing.
La famosa canción Sympathy for the Devil de la cual se han suscitado muchas historias no es en realidad una especie de alabanza al maligno ser que describe la Biblia, más bien está tomado de obras literarias como The Devil and Daniel Webster, de Stephen Vincent Benét o escritos del poeta francés Charles Baudelaire, aunque Mick Jagger parece no recordar actualmente muy bien con exactitud la fuente exacta.
Marsha Hansen es una cantante luterana y medio hermana del guitarrista Keith Richards, para quien el músico no dudó en aceptar colaborar y grabar en el disco My Soul Is A Witness.
La cantante destacó lo agradable que era trabajar a su lado y lo mucho que Richards disfrutó interpretar antiguas canciones de góspel que siempre ha sabido ejecutar a la perfección.
¿Dios?
«Clapton es Dios» rezaba un grafiti en un metro de Inglaterra en los 60, pero… ¿En qué creía realmente este “dios”?
Actualmente el veterano músico se encuentra pasando por delicados problemas de salud, noticias que han dejado un mal sabor en quienes amamos su música, no está de menos recordar las tragedias que han acompañado al músico, para quien la fe no es para nada indiferente.
«Crecí con una gran curiosidad acerca de asuntos espirituales, pero mi búsqueda me llevó de la iglesia y el culto de la comunidad a un viaje interior». Nada fuera de lo normal dentro de la búsqueda espiritual de los músicos de aquellos años.
Durante la gira del 69 con la banda Blind Faith, dos cristianos visitaron a Clapton en su camerino. Fascinados por la interpretación que el virtuoso guitarrista había ejecutado del tema «Presence of the Lord», lo invitaron a orar con él, experiencia que Clapton describe como un momento sobrenatural. Curiosamente a las semanas de todo esto empezarían los típicos excesos de cualquier rockstar.
En 1987 comienza su tiempo de rehabilitación, como también la disciplina de oración en su vida: “Desde ese día hasta ahora, nunca he dejado de orar por la mañana, de rodillas, pidiendo ayuda, y por la noche, para expresar mi gratitud por la vida y, sobre todo, por mi sobriedad.”
Todas estas historias tan diferentes, en cierta manera, son parte de la lucha de fe que se libra hasta nuestros últimos días. Vivir para los placeres del mundo o la vida eterna es para muchos una decisión de solo un minuto, para otros quienes nacieron bajo una fe legalista tienden a rebelarse siendo a pesar de todo atraídos hacia el deseo de conocer realmente a Dios, otros que recuerdan con nostalgia los bellos momentos de la niñez llevados por sus padres a la escuela dominical, es sin embargo una cuestión compleja que parece acompañarlos diariamente.
La belleza de todo esto es el hecho de entender que para Dios ninguno de sus hijos pródigos le es indiferente y aun cuando llegamos a edad avanzada sus brazos están abiertos esperando que corramos a Él.
Finalmente, como dice Eric Clapton, es el contacto con Dios lo que nos lleva por el viaje de redención:
“Elijo ponerme de rodillas porque yo siento la necesidad de humillarme cuando oro, y con mi ego, esto es lo más que puedo hacer. Si usted se pregunta por qué hago todo esto, te diré… porque funciona tan simple como eso.»
Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.