Los ideales del hippismo llegaban a su fin al comenzar los setenta, el concierto de Woodstock solo dejó un recuerdo de una “Era de Acuario” que llegaba al agotamiento, las drogas poco a poco llevaron a los adolescentes a las calles, pero lo más significativo era el hecho que se había demostrado que una psicodélica generación no logró cambiar realmente al mundo.
Las comunidades se desvanecían, algunos incluso regresaron a sus acomodadas familias, el rock mutaba en explosivas maneras, nacía el heavy metal, el rock progresivo, el glam y los primeros vestigios del punk.
No pasaría mucho tiempo en el que los jóvenes encontrarían una nueva forma de vivir en comunidad, pero en esta ocasión no sería bajo los ideales de paz y amor, ya no se trataba de protestar en contra de la guerra, en esta ocasión era simplemente el hedonismo y el placer, el disfrutar del sexo libre, las drogas y olvidarse de lo que pasaba alrededor.
El disco music se convierte entonces en una nueva manera de darle sentido a la frase “sexo, drogas y rock n roll”, pero en esta ocasión con una fuerte inclinación hacia los clubs nocturnos, el sentido de la moda y por supuesto la pista de baile.
Aunque los puristas del rock odiaban a muerte esta música muchos se dejaron al menos en una o dos ocasiones seducir por el sonido discotequero, Queen hizo lo suyo con Another One Bite The Dust, Kiss y su inolvidable I Was Made For Loving You, Elton John con Partime Love, Blondie y su Heart Of Glass, Rod Stewart con su atrevida pregunta Da Ya Think I’m Sexy?, Pink Floyd con Another Brick In The Wall para su ópera rock The Wall, ABBA haría lo suyo con Dancing Queen, así como The Rolling Stones con I Miss You, pero por supuesto fueron los Bee Gees con la banda sonora de Saturday Night Fever quienes contaron con mejor suerte en venta de discos.
Hora de Provocar las Masas
Uno de los grupos más recordados de aquella era fue por supuesto los Village People, un conjunto vocal quienes se mantenían enérgicos en el escenario con sus coreografías y sus llamativos disfraces.
El grupo nació bajo la idea de Jacques Morali un productor francés quien buscaba crear un concepto musical que llevara la bandera de la comunidad homosexual y contrarrestara el movimiento anti gay que lideraba Anita Bryant.
Anita Bryant cantante y activista político de trasfondo bautista, buscaba que a la comunidad homosexual se le negaran derechos de trabajo y cargos públicos. El odio que provocó fue tal que un activista gay fingiendo ser periodista, le arrojó una tarta en una conferencia de prensa.
El mayor éxito comercial y por supuesto el más controvertido de los Village People fue sin lugar a dudas Y.M.C.A. cuyo título apuntaba a las siglas de Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes y aunque su letra no necesariamente podría interpretarse como algo ofensivo, también era obvio que apuntaba al hecho que en los bastidores de los locales de esta asociación podrían ocurrir encuentros de tipo sexual, su cantante Víctor Willis afirmaba de igual manera que no estuvo pensado como himno gay sino para hablar de las actividades deportivas.
En todo caso, la canción causó cierta incomodidad en su momento para la fundación, sin embargo, hoy día el furor se apagó y no es raro ver tanto la canción como su coreografía siendo usado por los jóvenes que participan de sus eventos.
Una de las más llamativas particularidades de los Village People era que finalmente no todos los integrantes eran homosexuales, a pesar del objetivo por el cual fue concedido el proyecto, pero como pasa comúnmente en el mundo del rock n roll, todo es una cuestión de provocación.
Refugio de los Rechazados
La cultura del disco music tendría por supuesto su punto de encuentro, un fervoroso lugar religioso en el cual se congregaban personas de todo tipo de preferencias sexuales para sin ningún tipo de cohibición poder expresarse de maneras desenfrenadas no solo en la pista de baile donde el consumo de drogas se hacía abiertamente y las fiestas duraban la noche entera, este lugar no era otro que el famoso Club 54 un antiguo teatro convertido en discoteca al Oeste de Manhattan.
El empresario Steve Rubell y su socio Ian Schrager crearon un lugar de refugio para la libre expresión de todos aquellos que hacían parte de esta particular comunidad, pero también sería el lugar de encuentro de personajes como Liza Minelli, John Travolta, Andy Warhol, Salvador Dalí y un por aquel entonces muy joven Donald Trump.
Hoy son muy celebres las fotografías que plasmaron la presencia de rockstars como Mick Jagger, Freddie Mercury, Elton John, Rod Stewart, Debbie Harry, Michael Jackson y hasta John Lennon, aunque realmente el sitio podía ser exclusivista en un nivel muy particular, ya que se requería ser muy estrafalario y freak para ingresar, todas las noches muchas personas terminaban frustradas después de largas colas y terminar negando la entrada, incluso el club se dio el lujo de rechazar al mismísimo Frank Sinatra.
Studio 54 fue la creación de un paraíso terrenal para las personas marginadas socialmente, el lugar ideal para el escapismo y donde la promiscuidad sexual se desataba sin límites.
Pero como suele ocurrir todo tiene su ciclo de fama y la cultura del disco music llegó a un punto de decadencia del cual no se pudo levantar, Steve Rubell y Ian Schrager terminaron en prisión por evasión de impuestos y el Club 54 terminó cerrando sus puertas, El 12 de julio de 1979 se convierte en una fecha recordada por el curioso día en que reunidos en el centro del campo del estadio Comiskey Park de Chicago, una multitud se rodeó bajo el slogan Disco Sucks! se realizó una masiva quema de vinilos de música disco, sencillamente los puristas del rock reclamaban su lugar.
La película Fiebre de Sábado en la Noche que llevaría al estrellato un ídolo de adolescentes John Travolta se había estrenado en 1977 con gran éxito taquillero, con un argumento bastante regular pero cuya escena del actor bailando en la pista de la discoteca realmente se inmortalizó, pero todo esto solo le dio un poco más de resistencia a un movimiento que ya venía perdiendo vigencia.
En la parte social por supuesto no podríamos dejar de lado la llegada de una enfermedad que solo tiempo después es conocida bajo el nombre del SIDA haría que el sexo libre ya se tomara con más cuidado.
Finalmente entrados los ochenta el disco music mutaría en sonidos como el italo-disco y muchos le acuñan ser la madre del hip hop y el house, pero géneros como el high energy y los sonidos electrónicos influenciados por los alemanes Kratfwerk crearían nuevas inquietudes juveniles.
Una era llegaba a su fin, pero para muchos de sus protagonistas era el comienzo de algo distinto.
El Baile de la Redención
Donna Summer fue la indiscutible reina de la música discotequera pero desde el principio supo llevar las cosas al límite de la censura al publicar una canción como Love, Love You Baby con 17 minutos de poco contenido lirico pero ambientado con llamativos gemidos sexuales, su vida fue como muchos cantantes afro descendientes que luchaban entre la fe sembrada en su niñez y la presión de ser un sex symbol.
Tras la llegada de los ochenta regresa definitivamente a la fe, incluso publicando el disco She Works hard for the Money con colaboraciones de músicos cristianos como Michael Omartian o Matthew Ward y es aquí donde el progresivo cambio en su carrera no mermó sus éxitos radiales pero si un deseo por hacer las cosas correctamente.
′Si la Iglesia me encuentra escandalosa, espero que oren por mí. Hago todo lo que puedo. Sólo creo en Dios y Cristo, oro, leo la Biblia, voy a la iglesia. No puedo hacer nada más. Sólo puedo esperar que esté siendo guiada por la voz de Dios a hacer lo que es su voluntad.′ afirmaba en aquellos años.
La cantante fallece en Florida un 17 de mayo del 2012, dejando una familia la cual la recuerdan por un legado del que muchos quisiéramos ser recordados ya que en palabras de sus allegados tenía ′muchos dones, pero el mayor de ellos era la fe′.
Earth, Wind & Fire eran conocidos por sus portadas algo esotéricas a menudo evocando las creencias egipcias, sin embargo, afirmaban solo tener un interés realmente parcial, todo esto no impidió además que en ocasiones encabezaran festivales góspel en los ochenta ¿Cómo fue esto posible?
León Patillo fue el vocalista de la banda del guitarrista Santana durante la década de los setenta, para el año 1974 tuvo un gran encuentro espiritual el cual compartió con los demás integrantes de la agrupación incluyendo al mismo Carlos Santana.
Fue durante una gira con Earth, Wind & Fire donde tuvo la oportunidad de compartir de Cristo a sus integrantes, especialmente con su fundador Maurice White y el cantante Philip Bailey quien curiosamente por aquellos días había adquirido una Biblia.
En ese momento empezaron un estudio del libro de Juan y comenzaría una nueva etapa para los músicos.
Philip Bailey tendría durante los ochenta aceptables éxitos comerciales tanto en el mercado “secular” con canciones como Easy Lover a dúo con Phil Collins, así como con una carrera alterna dentro del soft rock cristiano. Maurice White fallece en el 2016 a los 74 años de edad debido a complicaciones de la enfermedad de Parkinson.
Gloria Gaynor hizo historia con la icónica canción I Will Survive, sin embargo su mayor éxito fue cuando decidió enfocar la canción apuntando hacia Dios modificando la letra a “Solo el Señor podría darme fuerzas para no desmoronarme…”, contaba en algún momento en un viaje a Italia como una chica asiática que había perdido un vuelo de regreso a su país y asistió a su presentación tomaría la decisión de no suicidarse.
Gaynor fue como muchas adolescentes de su época, una obligada asistente más a la iglesia pero que de igual manera y gracias a su abuela, encontró gran afinidad y cariño por la música góspel, años después de su éxito como cantante pero con duros momentos en el camino la llevaron a volver definitivamente su mirada a Jesús.
La Iglesia del Ritmo
El rock de Jesús en los setenta no estuvo ajeno al sonido disco bandas como Seawind o Billy Preston con su producción Universal Love, tuvieron incluso aceptación comercial. Otras bandas como Hope of Glory, Return Ticket e incluso Semaja y Petra, tuvieron su acercamiento, ya bien entrados los ochenta la banda europea Talking Drums busca fusionarse con las nuevas tendencias pero manteniendo la esencia.
Curiosamente sería el músico comediante Steve Taylor quien como de costumbre levantaría la ceja de los cristianos entusiastas con la canción This Disco (Used to Be a Cute Cathedral), donde cuenta como un lugar que alguna vez fue usado para la predicación es ahora un sitio para “escuchar lo que quieres escuchar”, la comparación con la falta de compromiso con una buena enseñanza bíblica la cual se cambia por el espectáculo es hoy día casi profética.
En 1999 en pleno auge del rap metal, el pop punk y las bandas de chicos, la agrupación Newsboys decidieron arriesgarse con su producción Love Liberty Disco un álbum que busca reavivar los sonidos de aquellos años.
En un comunicado sobre el álbum el guitarrista Jody Davis hace una referencia interesante: “En los años 70, cuando se originó la música disco, la gente le gustaba ir a estos clubes en busca de amor y aceptación. Eso es algo que tenemos en la Iglesia…”
Creo que la idea es aceptable, sin embargo, existen extremos que pueden resultar francamente dañinos.
Existe el gran problema cuando muchos utilizan la iglesia como un sitio para desatar un disimulado odio al que esconden bajo la fechada de legalismo, se afirma tener las puertas abiertas para todos, pero muchas veces observando con recelo a aquellos que visten diferente, tienen determinados gustos y en medio de un fanatismo religioso se lastima a los demás satanizando en maneras ridículas ciertas tendencias que cada generación suele levantar cada cierto tiempo.
En muchas ocasiones lo que suelen llamar “Pastoreo personalizado” es un abuso de poder, donde un líder inmediato suele llegar al ridículo extremo de decir a su “discípulo” que empleo puede o no puede aceptar, si puede o no viajar a otra cuidad y lo que es peor como vestir y comportarse, eliminando por completo todo sentido de individualidad.
No obstante, pasar al otro extremo donde todo se basa en hacer sentir bien a las personas, usando las últimas tendencias, convirtiendo la iglesia en un club social donde ya no se habla de la condición del hombre como pecador y su necesidad de salvación, es definitivamente una de los más grandes errores de nuestro tiempo.
Más aun, cuando en la actualidad muchos líderes se autoproclaman como “apóstoles” o “salmistas” bajo premisas nada bíblicas y como rangos de poder.
La iglesia es un cuerpo conformado por muchos miembros cada uno con funciones y talentos diferentes, aquí debe existir el compañerismo, el cuidado por los demás y el apoyo espiritual, por supuesto que el pastoreo y el liderazgo debe ser algo fundamental pero cuya meta debe ser la madurez y el crecimiento espiritual.
Pero la parte más fundamental es nunca olvidar que Jesucristo es nuestra Piedra Angular, la plenitud de Dios en la cual debemos sostenernos, el objetivo principal debe ser siempre que cada integrante de una comunidad se acerque cada vez más al conocimiento de Cristo en toda su plenitud.
Es por los despreciados y desechados por los hombres por los cuales Dios envía a su propio Hijo a tomar el lugar que nos merecíamos en la cruz, Cristo quiere que aquellos marginados encuentren en su familia un lugar donde pertenecer, pero cada integrante debe tener esa relación personal, en la cual desea hacernos libres del pecado, sanarnos y darnos la oportunidad de volver a los brazos del Padre Celestial.
“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo esté para que ellos vean la gloria que tú me diste, pues tú me amaste antes de la creación del mundo. Padre justo, la gente del mundo no te conoció, pero yo sé y ellos también saben que tú me enviaste.”
Juan 17:24-25
Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.