J.C. Ancatrio y el Verdadero Mensaje de Paz y Amor

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Un compositor que llega desde finales de los setenta a los brazos del Señor cambiando completamente su vida, nos ha brindado no solo en Chile sino también Latinoamérica, el disfrute del buen arte musical con un mensaje de fe directo.

“Hoy no canto por cantar,

ni por tener buena voz;

hoy canto a Jesucristo

que un día me libertó.”

En ocasiones me llegan a preguntar porque no suelo hablar de los artistas que están en tendencia dentro del mundo de “la música cristiana”, especialmente en la parte latina.

La verdad es que actualmente no veo muchas cosas con las cuales pueda identificarme, con algunas pocas excepciones a la regla, las cuales terminan siendo artistas que se mueven de manera más bien independiente y es que además debo decirlo, estos cantantes de la farándula evangélica ya tienen su propia prensa.

A esto se le suma que no me interesa hablar de los cristianos en el Grammy Latino, ya que prefiero destacar a un cantante o una banda por la valides artística de su obra y no por si gana o no premios, ni cuantas copias vendió su nuevo disco, bueno, si es que todavía las personas suelen comprar música.

En ese sentido busco alternativas musicales más bohemias, música que pueda disfrutar una tarde tranquila tras llegar a casa, que pueda acompañar con una buena ducha, un café y relajarme.

Las opciones pueden ir desde Marcos Vidal o Alejandro Alonso, canciones que me trasporten a momentos y lugares, que evoquen reflexiones y me inviten a apreciar la belleza de la existencia misma, si esta aventura en las canciones apunta a mi fe personal, todo se torna mejor.

Es por eso que en esta ocasión quisiera hablar de un artista que lamentablemente conocí sus canciones hace tan solo unos pocos años atrás, recalco lamentable en el sentido que su propuesta artística es lo que buscaba en mi adolescencia tras mi conversión al cristianismo, habría sido un gran alivio en medio de tantas grabaciones de cantantes de alabanza que repetían la misma formula una y otra vez, además que en ocasiones gritaban más de lo que cantaban.

J.C. Ancatrio

No obstante, nunca es tarde para disfrutar de buena música.

El concepto del cantautor es un término musical el cual respeto profundamente, a veces se ha abusado como tal, pero siempre he sentido fascinación por músicos como Bob Dylan o Johnny Cash, canciones que pueden ser tan oscuras como esperanzadoras, con un sentido social tanto como espiritual, es entonces por lo cual encontré en cierta manera en la música de J.C. Ancatrio una empatía similar y esta vez en el idioma latino.

Bajo esta premisa comencemos…

Nacido en Santiago en 1954, Juan Carlos Ancatrio comienza desde muy pequeño a buscar en el arte y la música una forma de expresar su dolor y vacíos, en la escuela secundaria empiezan sus primeros pasos en el mundo del canto, pero es en los sesenta cuando el ambiente hippie y bohemio de la época, generan nuevas inquietudes artísticas que lo mueven no solo a los ideales utópicos de esos años sino también a experimentar con drogas, su música como era típico de aquellos años exploraba todo el libertinaje del mundo del rock n roll, las canciones de J.C. Ancatrio habían llegado a las calles y los festivales.

No obstante, llega el final de los turbios pero interesantes años setenta, donde una experiencia espiritual con Jesucristo cambia totalmente su perspectiva no solo de vida sino también del arte, es ahora donde la verdadera paz y amor llegan a su alma, sus canciones a partir de ese momento reflejarían ese enorme cambio.

Llegan los primeros grupos musicales inspirados en su nueva fe como Alfa y Omega, donde nacen composiciones como Jesús y Al Amanecer la cual fue escrita por su esposa Iris, posteriormente el conjunto musical Pan Vivo acompañado de los hermanos León; Ernesto en piano, Guillermo en batería y Marcos en bajo eléctrico, posteriormente es el músico Luis Pérez quien se encarga de la batería.

En ese este tiempo donde el mensaje del evangelio llega a través de estos músicos no solo en congregaciones cristianas sino también colegios, institutos y por supuesto eventos evangelísticos callejeros.

J.C. Ancatrio

Posteriormente llegando a mitad de los ochenta y con el apoyo de “Telo Hernández, Pepe Hernández, Luis Pérez, Hugo Ruiz, algunas participaciones del músico Mario Muñoz (Millantun) se graba Es Jesús en formato Cassette. Esto abre la puerta a históricos recitales como Concierto Rock en contra de las drogas en el anfiteatro de San Miguel, acompañado de la escena rockera de la época.

También por ese tiempo alterna con la banda La Red, con Patricio Cruz, Jorge Nuñez y Francisco Morales llegando a contar con la participación en el bajo de Rubén Vázquez, para tiempo después dar paso a su segunda grabación llamada Sueños en el cual aparte de su formación musical recurrente participa Carlos González, (Innovación), Juan Nuñez (Douglas) y Nicolás Campo.

En el nuevo milenio se consolida como todo un referente en la música chilena llegando a actuar en el famoso festival Cristock en el 2003, sus presentaciones en vivo han estado acompañadas de músicos como su hermano Ernesto León en el piano, Luis y Rodrigo Pérez, Luis Cariman, Hernán, “TeloHernández, David Sandoval y su hijo Jonathan Dini.

La música de J.C. Ancatrio es folklor étnico y latinoamericano, bañados de jazz y un rock muy urbano y clásico, son el llamado a encontrar esperanza en un mundo difícil, canticos de libertad que solo plantea a Jesús como solución.

J.C. Ancatrio

Ancatrio es un artista que cree en el cambio, pero no el que se plantea de forma humanista, más bien es la espiritualidad que guía hacia el Mesías el centro de su mensaje:

“Sueño el día correcto

El hombre perfecto sin odio ni afán

Sueño en el sueño eterno dispuesto al principio por el Creador

Donde millones de hermanos se tomen la mano y eleven la voz”

(Sueños)

Sus letras nos invitan a una adoración más contemplativa que, aunque es importante hacerla masiva, debe comenzar por una intimidad más plena:

“Me parece perfecto un día de enero para adorar

Respirar aire puro abrir las ventanas de par en par

Dejar que la vida trascurra serena sin prisa ni afán

En las noches cantarte con mi guitarra canciones de amor”

(Yo te amo)

Actualmente su música continúa tocando vidas,  sin importar la plataforma ni el público especifico, la verdadera relevancia consiste en que el oyente encuentre en Cristo esa paz que el mundo no puede ofrecernos.

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