La recién estrenada película sobre la vida del rey del rock n roll no solo vuelve a generar cierto grado de interés por el artista, también expone lo que en cierta manera fue una tormentosa relación de los primeros pioneros del rock con el góspel.
Tengo que reconocer que me encontraba algo escéptico ante el estreno de la película “Elvis”, principalmente frente a la idea que la película era “narrada” bajo el punto de vista del infame “Coronel” Tom Parker, no obstante comencé a bajar la guardia ante las buenas críticas que se comenzaron a generar en la web.
La película es de alguna manera muy neutra en tonos que por momentos se vuelven algo confusos, es cierto que Parker ayudó a crear el mito del cantante, pero nadie puede negar que esa relación como su manager se basó la mayor parte del tiempo en la manipulación y la explotación al punto de llegar a impedir que Presley se fuera de gira a otros países mientras se llenaba los bolsillos de dinero y solucionaba problemas con gente peligrosa.
Sobre el resto del filme podemos destacar su excelente presentación audiovisual, su acertado contexto histórico, una narrativa que aunque se torna larga en momentos sabe resumir muy bien aspectos importantes en la vida del músico y por supuesto para quienes somos fanáticos de su música, la forma de mostrar sus canciones que por momentos hace que deseemos hasta bailarlas mientras vemos la proyección.
Pero lo que realmente deseo enfocar el artículo es la profunda relación que Elvis tenía con los spirituals, aquellas canciones religiosas tradicionales de Norteamérica que de alguna manera para gusto o disgusto de muchos fueron pieza clave en la gestación de la historia del rock.

Cuando No Podemos Huir De Dios
Es evidente que el artista no se forja solo de halagos, también los detractores juegan un rol importante se quiera o no, en ese sentido el rey del rock no se encuentra lejos de tener su porcentaje de odio.
Algunos afirman radicalmente que su carrera se forjó en cierta manera por robarle la música a los negros, lo que nunca he logrado que me especifiquen con claridad es que manera ejecutaría tal “crimen”.
Corría la década de los cincuenta el rythm and blues y las tendencias musicales afro descendientes de Norteamérica se fusionan con el country and western que eran melodías principalmente para la comunidad blanca. El rock n roll había nacido y el mundo jamás sería el mismo.
Era obvio que las disqueras buscaban la forma no solo de fusionar melodías sino la sociedad en sí misma bajo esta naciente subcultura, es básicamente la Sun Records quienes corren con la suerte de encontrar un gran potencial en ventas cuando un chico de Mississippi graba una canción para su madre, este chico de nombre Elvis Aron Presley tenía un rango vocal como muchos cantantes negros, algo que probablemente desarrollaría por su fijación con el blues y el góspel.

Por otro lado puede resultar chocante que Elvis no componía canciones algo que ha hecho que muchos lo cataloguen de ser más una imagen cuidadosamente producida, sin embargo, esta falencia la compensa el hecho que Presley cantaba cualquier tema con una entrega y pasión desbordante que realmente contagiaba, esto por supuesto incluye las canciones espirituales de las iglesias las cuales conocía desde pequeño y le fascinaban.
Muchos de los pioneros del rock tuvieron una extraña relación con la música que cada domingo se interpretaba en las iglesias, especialmente de corte pentecostal, las historias son bien particulares.
El feroz pianista Jerry Lee Lewis llegó a estudiar en el instituto bíblico, pero su personalidad provocadora hizo que fuese expulsado tras tomar un antiguo himno y “profanarlo” con un ritmo boogie-woogie, tal “aberración” resulta extraña para las generaciones actuales donde abundan las grabaciones de canciones tradicionales evangélicas que se adaptan incluso hasta en los sonidos más potentes del metal extremo.
La vida de Jerry Lee Lewis ha sido un ir y venir de momentos tormentosos, como la relación con sus ex esposas y el alcohol, el difícil camino de ponerse de lado de la fe cristiana con la que fue educado es en cierta manera muy difícil de conciliar debido a la relación con su primo, el famoso tele evangelista Jimmy Swaggart, muy conocido por ser un ferviente religioso detractor del rock…así como su amor por el dinero y sus escándalos sexuales.
Little Richard por su parte luchaba constantemente con su apetito carnal evidentemente bisexual, pero reconocía su necesidad de Dios, en los años sesenta pasaba con facilidad de ser un predicador radical en el púlpito, para después regresar al oscuro camino de las drogas.
En ese proceso llegó incluso a decir que el rock era demoníaco y era quien lo guiaba a sus excesos, esta postura sin embargo, cambia en los ochenta donde su fe se reconcilia con la música y esto se evidencia con el disco Lifetime Friend.
Johnny Cash por su parte era llevado por su madre de pequeño, pero el ambiente carismático de mujeres gritando y con extraños temblores era evidente que no fueran de su agrado, años después y tras una vida arruinada por las drogas su segunda esposa June Carter lo invita de nuevo a una congregación.
Su camino a la redención no fue fácil, las recaídas iban y venían y es por eso que sus luchas se reflejaban de manera trasparente en su arte, es por eso que siempre fue reconocido por ser mucho más que un cantante de fe cristiana, su brutal forma de mostrar la realidad de nuestros errores como humanos terminaban con radicales declaraciones de fe.
Pat Boone llega en la segunda ola musical de los cincuenta, donde las disqueras buscaban cantantes que trataban de apaciguar la ira de las comunidades tradicionalistas que protestaban ante la desafiante imagen de Chuck Berry o el mismo Elvis, ahora la consigna era encontrar una cara atractiva pero con imagen de chico agradable y buenos modales.
Pero como suele pasar constantemente la realidad supera la ficción, las constantes fiestas de celebridades a las que asistía comenzaron a afectar su vida hasta que decide entregar su vida a Dios, posteriormente es conocido por ser más un cantante de corte cristiano que en ocasiones regresaba al rock n roll.

Es por ello que era recurrente que estos pioneros improvisaban en los estudios de grabación con la música góspel, como aquel histórico martes de diciembre en los estudios Sun Records donde un encuentro entre Elvis, Johnny Cash, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins termina en un jam sessions donde compartían no solo sus canciones sino una cantidad de versiones de canciones espirituales, esta grabación es conocida como Million Dollar Quartet.
Elvis Presley parecía encontrar en la música espiritual con la que creció una especie de liberación tan alta como en el baile. Es cierto que su contoneo de caderas despertó enormes pasiones en chicas adolescentes y la promiscuidad sexual en sus giras se volvió legendaria, pero afirmaba que encontraba verdadero consuelo en su vida a través no solo de escuchar sino de grabar discos góspel.
Sister Rosetta Tharpe ya había revolucionado o “corrompido” como se quiera analizar la música sacra unas décadas antes al subir a dirigir sus presentaciones con una guitarra eléctrica en el escenario, no parecía ser suficiente tal atrevimiento como para que además se presentara en clubs nocturnos.
Era de esperarse que un personaje así llamara la atención de los jóvenes rockeros como Elvis, además de grupos sureños como los Blackwood Brothers los cuales admiraba mucho.
Tampoco podemos pasar por alto que eran tiempos donde cantantes como Bill Gaither comenzaban a innovar la “música cristiana” con tímidos acercamientos a los ritmos contemporáneos y serían pieza clave para el nacimiento del rock de Jesús tiempo después.
La curiosidad de Presley le llevaría a grabar canciones de Bill Gaither así como a presentarse como asistente al concierto de otro pionero del rock cristiano como Mylon Lefevre.
Mylon Lefevre compuso un tema a sus tempranos 17 años llamado «Without Him» cuando se encontraba prestando el servicio militar, la cual cantó en una presentación con su familia en Carolina del Sur, cuando el rey del rock lo escucha entre el público.
Elvis llega a un acuerdo con Mylon para grabar su canción en uno de sus recurrentes discos de canciones espirituales. Como era de esperarse el tema se volvió tan popular que muchos otros artistas grabaron la canción.

Cabe destacar también que muchas de sus giras de conciertos estaban respaldadas por modernos coros góspel como Jordanaires, The Imperials o The Sweet Inspirations donde cantaba Cissi Houston (madre de Whitney).
Cuando Tenerlo Todo No Es Suficiente
Siempre he sido algo perezoso a la hora de hablar de un artista en cuestión de ventas millonarias o premios, por lo regular siempre me suelo enfocar en su manera de hacer arte, pero en esta ocasión cabe destacar que muy a pesar de lo que muchos esperarían de uno de los artistas musicales más importantes de todos los tiempos, Elvis Presley solo se llevó tres grammy gracias a sus grabaciones exclusivamente de himnos cristianos.
James Hammill fue un predicador de una congregación en Memphis donde Elvis asistía no propiamente de manera recurrente, pero a la que solía recurrir en sus oscuros momentos de fama, “Pastor, soy el joven más miserable que pueda conocer, tengo todo el dinero que pueda necesitar, millones de fans y amigos, pero estoy haciendo lo que usted me enseñó que no hiciera, y no hago las cosas que me dijo que hiciera”. Le afirmo el cantante al pastor en una visita al despacho del predicador.
Elvis podría no estar incomodo en su posición de rey, pero en muchas ocasiones dejó en claro que a la hora de la verdad solo existía un rey de reyes y ese es Jesús, es por ello que su mayor lucha era tratar de vivir bajo todos los excesos de la fama e intentar de manera frustrante conciliarlo con las creencias que le fueron inculcadas.
Elvis como todo personaje mítico ha generado toda clase de leyendas a su alrededor, una de las teorías afirma que fingió su muerte, algo apoyado por muchas inconsistencias y falta de respuestas en el momento de deceso, lo cierto es que al menos oficialmente fue declarado muerto un 16 de agosto de 1977 por excederse con sus medicamentos recetados de los cuales había creado una fuerte dependencia.
Unas semanas antes había tenido su última presentación donde era apenas la imagen del sex simbol de su adolescencia, tenía sobrepeso, sudaba incesante y se movía con dificultad, sin embargo de manera admirable se sentó en su piano realizando una bellísima interpretación de Unchained Melody, entregando por última vez todo de sí en el escenario.
Simplemente Un Hombre
A partir de la muerte de Elvis empieza todo un peregrinaje de miles de fans que comenzaron a visitar su mansión Graceland en un fervor evidentemente religioso, los imitadores del cantante abundan en Las Vegas hasta el día de hoy e incluso algunas personas que le conocieron en vida han llegado a narrar extrañas “experiencias sobrenaturales” difíciles de tomar en serio, como llegar a decir que en algún momento una enceguecedora luz emanaba de su cuerpo acuñando cierta divinidad en su ser, lo que realmente está claro es que algunas personas son capaces de decir lo que sea por unos minutos de fama, incluso si los deja al límite de la vergüenza ajena.
Elvis Presley es evidentemente un icono legendario incluso en dimensiones ajenas al rock, pero más allá de eso solo podemos tener algo en claro:
¡Elvis era solo un hombre!

Constantemente se busca llenar un vacío emocional que reponga esa sed por tener algo más de significado en nuestras vidas, es por ello y aunque suene muy loco, algunos quieren elevar sus propios ídolos a un nivel mesiánico que solo deja en claro lo frustrante que se vuelve nuestra existencia lejos de Dios.
En el capítulo 4 de Juan, Jesús rompió con los prejuicios de su propio pueblo al acercarse al pozo para hablar con la mujer samaritana, los judíos y samaritanos eran grupos sociales que se despreciaban, pero para el Mesías era más importante el llegar al corazón de esta mujer.
No solo la mujer es confrontada con su frustrante necesidad de calmar su sed emocional a través de las relaciones, también le brinda un camino mejor al ofrecerse a sí mismo como la respuesta a su problemática:
“Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
If I can dream una hermosa canción a la cual Elvis Presley colocó su voz como homenaje al recién fallecido Martin Luther King nos recuerda de alguna manera que no estamos solos en medio de las penas que se presentan en nuestro transitar por este mundo:
«Estamos perdidos en la niebla, con demasiada lluvia, Estamos atrapados en un mundo en el que hay pena con dolor, Pero mientras un hombre haya reforzado su sueño, Su alma podrá redimirse y volar.»
La historia de la raza humana sin embargo, nos muestra que no basta solo con alcanzar los sueños para ser felices ya que como oraba San Francisco de Asís: “Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.
En este sentido vale la pena entrar en lo secreto y entonar junto con Elvis una de sus más bellas interpretaciones:
Estoy cansado y necesito Tu fuerza y poder
Para guiarme en mi hora más oscura
Señor, abre mis ojos para que pueda ver
Guíame, Señor, ¿no me guiarás?

Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.