Un gran juego de luces empiezan a anunciar la venida de una banda, humo moviéndose por el escenario, aplausos y silbidos se entonan, progresivamente aparecen en el escenario unos jóvenes músicos de apariencia hipster, en ocasiones apoyados por un grupo de chicos y chicas que animan con coreografías.
Todo listo para un típico recital de rock n roll, pero existe una gran diferencia, los músicos están aquí para cantar acerca del Rey de Reyes, las canciones siguen la línea actual de pop rock o electrónica pero sus letras son enfocadas al himnario de cada domingo en la iglesia.
Lo más llamativo es por supuesto lo que ocurre en muchas ocasiones…. ¡El escenario es la iglesia misma!
Es lo que hoy conocemos de una manera recurrente en términos equivocados o acertados, desde el punto de vista que se le analice como adoración contemporánea o modern worship.
Equivocados en el sentido de llamar moderno o contemporáneo una práctica vital que realmente hace parte de la vida del creyente cristiano y que por supuesto no podemos entender solo en términos de entonar canciones, pero tal vez acertado en el sentido de una forma de que las generaciones actuales puedan ver en sus términos musicales una manera de adorar a Dios.
Todo esto “comenzó” en Europa a mitad de los noventas con excelentes bandas como los británicos de Delirious?, podríamos decir de alguna manera que se “institucionalizó” con las modalidades musicales de la iglesia Hillsong originaria de Australia que se ha extendido por varias partes del mundo, se amplió con grupos como los norteamericanos SonicFlood y que actualmente tiene en sus referentes a artistas como Planetshakers, Jesus Culture, David Crowder, Chris Tomlin, Bethel y en América Latina grupos como Su Presencia y En Espíritu Y Verdad, en el caso de España podríamos nombrar a la banda Esperanza de Vida.
De alguna manera y sin tratar de exponer ahora los puntos positivos o negativos en el terreno teológico todo este movimiento de los principios de siglo 20 del Pentecostalismo y vertientes Carismáticas trajeron inquietudes de cambiar las nuevas formas de presentar la liturgia cristiana, esto se extendería también en algunos movimientos como la llamada Renovación Católica Carismática que fue muy fuerte en la década de los sesentas.
Muchos de estos grupos encontraron en la música contemporánea y el movimiento contracultural de los 60s, una forma de sintonizar a la actual generación de jóvenes con la iglesia, quien fue precisamente por la década de los cincuentas y sesentas donde escaseaba la presencia de figuras juveniles en ellas.
En ocasiones hasta fueron utilizados agrupaciones que ni siquiera pretendían ser identificadas como bandas de rock cristiano, otras de denominaciones anglicanas, bautistas o pentecostales empezaron a adentrarse en el complicado camino de fusionar la música moderna con el culto religioso.
Es aquí donde aparecen discos como el Electric Church de The Reflection con Sonny Salsbury, el coro God Unlimited de Tom Belt o la ópera rock británica A Man Dies por la banda The Strangers acompañados de Valerie Mountain y Ricky Forde.
Por los años sesentas en Polonia, Katarzyna Gärtner intérprete de música contemporánea tiene la idea de componer una misa armonizada por el género Bigbit (lo que podría definirse como la forma de ese país denominar el rock basados obviamente en el beat que popularizó la invasión británica).
Esta reinterpretación fue grabada por una popular banda llamada Czerwono-Czarni bajo el nombre de Msza beatowa y el escenario para el lanzamiento fue la iglesia Podkowa Leśna en 1968.
Curiosamente en ese mismo año pero en Norteamérica la banda The Electric Prunes también deciden grabar su Mass in F Minor, cantada en latín y con una base de rock psicodélico, esta fusión da como resultado un trabajo de gran valides artística.
Décadas atrás antes que Australia nos diera bandas cristianas tan relevantes como Newsboys o Mortification, en el año 1971 la Catedral de St. George Perth de corte anglicano grabaría la Rock Mass for Love, interpretada por una banda de rock duro psicodélico llamada Bayery y el acompañamiento de la orquesta de jazz de Bruce Devenish todo con el deseo de renovar el entusiasmo por la música de adoración, contando con una presentación televisiva.
Pero por supuesto el más popular de los conceptos de fusionar el culto cristiano con la música rock vendría con la banda norteamericana Mind Garage y su llamada Liturgia Eléctrica.
El choque cultural que representó esta banda en su momento ha sido tan impactante que actualmente se ha dado una solicitud para ser introducidos en el Salón de la Fama del Rock N Roll.
En 1967 en plena onda hippie esta banda de West Virginia que cabe decir era un lugar muy conservador donde escasamente había lugar para la extravagante música contemporánea, llega con un abrumador sonido de rock psicodélico, siendo apoyada por el Reverendo Michael Paine y su esposa.
Los ministros tenían la idea de usar todo el potencial y talento de esta agrupación que definitivamente llevaban el rock en la sangre y darle un nuevo enfoque a la música de la iglesia que pudiera ser atractiva a la juventud de la tumultuosa década, para Michael Paine era finalmente retomar la idea de Bach que había utilizado la música popular y redireccionaba para darle la gloria al buen Señor.
Larry McClurg (voz), Norris Lytton (bajo, saxo y flauta), Jack Bond (teclados), John Vaughan (guitarra) y Ted Smith (batería) ya tenían experiencia en el campo de las giras con sus proyectos musicales para ahora se unirían con un propósito más peculiar.
En un servicio episcopal ortodoxo aparecen por vez primera las notas musicales tan particulares de esta banda, estos eventos fueron incluso televisados. Los cuales comenzaron a tener un éxito tal que se movió por varias iglesias y variadas denominaciones.
La agrupación contaba con miembros tanto católicos como protestantes y su propuesta fue llamada por algunos como Theo-Rock.
Ya era en sí bastante difícil que unos músicos se vieran de forma contestaría en su entorno y como narra McClurg «Fuimos escupidos como fenómenos, llamados comunistas, fuimos víctimas de discriminación, odio, burlas, mentiras, golpizas y a veces hasta llamados anticristo”, para colmo sus afiches promocionales contaban con el dibujo de una mujer mostrando sus pechos completamente desnudos, algo que incluso en la actualidad podría ser difícil de entender o interpretar para la sensibilidad evangélica, el cartel sería modificado posteriormente para tapar los pechos y dar “la bienvenida a la Liturgia Eléctrica”, como podemos entender el rock cristiano ya era controvertido en sí mismo desde su gestación.
“El desafortunado de pelo largo que caminaba solo por la noche en algún lugar se encontraba de vez en cuando con un grupo de campesinos sureños, frats o deportistas que pasaban el rato bebiendo. Bloquearían el camino para intimidar al ‘hippy’ y uno de ellos podría sacar unas tijeras para cortar el pelo largo. Tener a una persona amenazada por la longitud de tu cabello parece absurdo ahora. En algunos aspectos Morgantown, una mezcla de intelectuales y vaqueros, parecía el Salvaje Oeste” afirma Larry.
Todo esto termina siendo significativo cuando curiosamente era la iglesia la que pedía un cambio en su forma de hacer las cosas para llegar a la cultura actual.
Sus grabaciones tenían ese aire psicodélico de banda de garaje que pareciera muy adelantado a su tiempo, casi augurando mucho de lo que tiempo después sería el punk y el grunge, sus presentaciones comenzaron a ser celebres bajo el término “Electric Happenings”, el impacto era tal que se dice que lograban “hipnotizar” su creciente audiencia al punto que en las pausas entre canciones apenas había algún tipo de reacción.
Sus presentaciones se extendieron por varias ciudades como New York o Washington, además encontraron su aceptación y espacio en iglesias Metodistas, Presbiterianas, Ortodoxas y por qué no decirlo encontraron cierta simpatía en la población Judía, todo esto bajo el nombre de Liturgia Eléctrica.
Un viaje a San Francisco les hizo conocer el entorno de Haight Ashbury, llegaron a compartir escenario con Iron Butterfly, sin embargo rechazaron en tres oportunidades la posibilidad de presentarse en Woodstock algo que genera enorme curiosidad de saber cómo habría sido el resultado, año siguiente el entusiasmo de sus integrantes para continuar como banda se fue apagando, aunque realmente jamás hubo una despedida oficial ni ninguna disputa o desacuerdo por parte del grupo.
Para el año 2007 se reunieron en un festival organizado por su vocalista Larry McClurg y el productor Artie Kornfeld (promotor de Woodstock) llamado curiosamente Goodstock Music Festival, al lado de otras bandas como Virginia Street o Powder Finger.
Constantemente pienso en como el rock es un ritmo recurrente en las congregaciones, ya casi institucionalizado que se puede encontrar fácilmente en la iglesia un domingo en la mañana y como se saturan las grabaciones de música contemporánea, pero como pasa constantemente existe toda una historia detrás de cualquier fenómeno masivo.
Mind Garage es definitivamente esa historia que vale la pena no solo conocer sino disfrutar, apreciar la belleza de una música experimental, llena de matices oscuros y misteriosos, que nos transporta a tiempos donde la adoración y la música de la iglesia mutarían y jamás volvería a ser la misma.
Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.