En los campos de Norteamérica, durante la primera parte del siglo 20, un grupo de hombres y mujeres de descendencia africana entonan unas bellas canciones mientras ejercen sus trabajos diarios.
El panorama a simple vista se torna algo agradable, pero esto se pierde al entender el contexto de personas sometidas a los trabajos más pesados y rebajados socialmente por su condición étnica al límite de la esclavitud, mientras que el hombre blanco disfruta de una calidad de vida más elevada, es por eso que sus cánticos vienen acompañados de un gran dolor que sale de las entrañas del alma.
Lo cierto es que de esos hermosos cánticos de libertad heredados de sus raíces africanas, nacen géneros contemporáneos tan bellos como el Jazz, el Blues o los Spirituals.
A pesar de su tedioso estado social comienzan a poblar una buena parte de Norteamérica hasta abarcar este país y por supuesto de liderar el folklore musical.
Todo ello conlleva a que todo lo que podría venir de la raza negra era denominado como pagano y de procedencia diabólica, eso sí, escondiendo la más vulgar discriminación racial dominada por una sociedad blanca beneficiada en cuestión de estatus económico.
Mientras que el Jazz se convertía en la música prohibida y erótica de los centros de fiesta nocturnos, el espíritu del intérprete de blues era un camino más solitario, pasando de estaciones de tren nocturnas a cabañas abandonadas donde pasar la noche.
A manera de burla, los primeros Bluesman de la historia usaban el mismo lenguaje de sus detractores jugueteando con la idea de Satanás. Esta forma de provocación se haría muy popular, especialmente en personajes como Robert Johnson, de quien se afirmaba, hizo un pacto diabólico en un cruce de caminos en Mississippi.
Muchos sostienen hasta el día de hoy la veracidad de esta historia, al afirmar que Robert Johnson tocaba de manera pésima la guitarra y al desaparecer por un año y medio regresa totalmente diestro en su instrumento y es aquí donde se crea la leyenda del pacto con el mismo Lucifer.
Esto se suma a sus canciones donde “confirmaba” los hechos de dicho pacto, su actitud misteriosa y su silenciosa forma de desaparecer al terminar sus presentaciones.
Lo cierto es que leyendas como estas que alimentaron el argot popular no eran en realidad nada nuevo, mitos de músicos que consiguieron la fama por su virtuosismo musical debido a negocios con el más allá, vienen desde la época del violinista italiano Niccolò Paganini, el cual aun después de su muerte le persiguió la superstición popular, ya que se suele afirmar que su tumba tuvo que ser cambiada de lugar en muchas ocasiones ya que esta se encontraba maldita.
La idea de estos pactos diabólicos no eran sin embargo, de procedencia rural, ya que en África existía la supersticiosa creencia que en los cruces de caminos eran lugares estratégicos donde habitaban los demonios y es aquí donde la cultura europea se fusiona de manera más llamativa, ya que Hermes de Grecia y Mercurio de Roma eran de igual manera guardianes de los caminos.
La población afro americana ya sea de forma parcial o supersticiosa, conocía muy bien estas leyendas ya que las habían heredado, los músicos de blues por lo tanto sabían aprovechar esto para añadirlo a sus melancólicas interpretaciones y de paso provocar a la población blanca, no es difícil adivinar que una idea semejante, sería tomada estratégicamente para vender discos años después en la era del rock.
¿Entonces como mejoró Robert Johnson su forma de interpretar la guitarra al punto de convertirse en un virtuoso del género?
Después del fallecimiento de su primera esposa y un segundo divorcio, contrae matrimonio con Calleta Craft, una mujer mucho mayor que él, aunque esta unión también fracasó, Robert aun la frecuentaba cuando necesitaba dinero o un lugar donde quedarse y ésta siempre cedía, por lo que es muy probable que al tener tiempo libre y no verse en la necesidad de trabajar, fue mejorando su técnica para tocar la guitarra.
Incluso para algunos cristianos tradicionalistas de raza negra, el blues era de igual manera música para el pecado, es por ello que cierta parte de la población encontraba refugio en las canciones espirituales de sus congregaciones.
A pesar de ello, algunos músicos no encontraban ningún tipo de contradicción entre un género o el otro, uno de ellos era por supuesto Blind Willie Johnson.
Este personaje invidente se dedicaba no a entonar Góspel, sino a cantar letras bíblicas a través del “pagano” blues mientras que los demás creyentes entraban a la iglesia de Brenham, Texas, lugar importante posteriormente en la lucha por los derechos civiles décadas después.
Lamentablemente sus grabaciones no lograron sacarlo de la pobreza extrema hasta el final de sus días y hoy sus discos son toda una joya de colección, Johnson todo un predicador callejero como muchos que conocemos dejaría un legado que otros intérpretes del género continúan tiempo después como Reverend Gary Davis.
Washington Phillips era un predicador rural quien no escatimó en usar el blues para cantar, además del tan discutido instrumento que utilizaba cuyas interpretaciones más cercanas afirmaban que se trataba de distintas variaciones de cítaras, las cuales le daban un sonido realmente hermoso a sus grabaciones.
De manera aún más atrevida y con tintes realmente provocadores, la pianista y cantante femenina Arizona Dranes fusionaba el ragtime y música de tabernas con las sagradas melodías de las iglesias.
Uno de los más fuertes argumentos en contra, afirma que es absolutamente contradictoria la posibilidad de usar el Rock para cantarle a Dios. Un ritmo que fue acuñado por el DJ Alán Freed bajo el nombre de Rock n Roll, ya que supuestamente este nombre fue tomado del argot rural para hacer referencia al acto sexual, decir que existe Rock Cristiano -afirman sus detractores- es igual a decir “Porno Cristiano”, pero ¿es esta una verdad absoluta?
La palabra Rock n Roll se utilizaba como término náutico, más exactamente en el lenguaje de los marineros para denominar los movimientos de adelante y atrás o de un lado al otro del barco. Posteriormente y con un significado completamente diferente empieza a utilizarse en el lenguaje de la música góspel.
La histórica grabación de 1912 de The Camp Meeting Jubilee, con una exquisita variedad de intérpretes góspel, contenía una interpretación de un grupo que se identificaba simplemente como cuarteto masculino. Fue aquí donde se utiliza por vez primera el término Rock n’ Roll en la música.
A partir de este momento nacen una serie de interpretaciones como Rock Me Jesus, Rock Me Lord, Rock Daniel, que se vuelven frecuentes dentro del sector de la música espiritual. Posteriormente un cantante de aquel entonces llamado Roy Brown compone un tema musical queriendo parodiar a los creyentes bajo el sugestivo título de Good Rocking Tonight y dándole un sentido carnal.
La canción se hizo bastante popular, sin embargo, el tema tenía un ritmo más hacia la balada que al verdadero Rocking que se inclinaba a un golpeteo y aplausos improvisados más acelerados que posteriormente músicos como Winnone Harris le devolverán al góspel.
Esta etapa tendrá especialmente en aquellos años a alegres grupos vocales cristianos como The Soul Stirrers, Dixie Humminbirds, Sensational Nightingales, Golden Gate Quarted o The Jubalaires quienes con su interpretación del divertido “The Preacher and the Beard” son acuñados como los verdaderos precursores del rap.
No podríamos dejar de lado el gran aporte de una de las más revolucionarias intérpretes de la historia de la música cristiana como lo fue Sister Rosetta Tharpe, cantante solista quien además de su grupo coral interpretaba la guitarra eléctrica y empezó a coquetear con el Rhythm and Blues en clubs nocturnos. No pasaría mucho tiempo para recibir el apodo de la Madrina del Rock n’ Roll, Intérpretes de la primera etapa rockera como Chuck Berry y Little Richard la citan en sus influencias musicales.
Es por ello que el término rock adquirió dos connotaciones distintas, sin embargo vale la pena analizar el verdadero origen en la música sacra y que alimentó a géneros musicales de la segunda mitad del Siglo XX como el rock n’ roll en sus diferentes vertientes además de subgéneros modernos como el funk, soul, disco music y el hip hop.
En los años en que Elvis, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis empezaron a darle al mundo el ya bien estructurado rock n’ roll, aparecían en T.V. Personajes como Asa Cárter, presidente del Alabama White Citizen Counsil, quien afirmó que esta música era un complot para socavar la moral de la juventud de Norte América, eso sí, mientras con gran orgullo se exhibía un cartel que decía que solo se le servía a clientes de raza blanca.
Los años sesentas verían nacer las primeras agrupaciones de rock cristiano, en Europa bandas como The Pilgrims, The Crossbeats o Living Stones, mientras que en Estados Unidos comenzarían a allanar el terreno Isabel Baker, The Cruzaders, Mind Garage y por supuesto Larry Norman, no tardaría mucho tiempo para el nacimiento del fenómeno social llamado Jesus Movement en San Francisco, lo demás es historia la gran lucha de muchas iglesias por aceptar que las nuevas generaciones de creyentes abrazarían la “música del diablo” como forma de compartir el Evangelio.
Si determinamos que hubo un demonio que influenció la historia del rock desde sus inicios este lleva nombre propio: racismo.
Jorge Mario Marín Cadavid, más conocido en las redes sociales como George Rock, Autor y redactor para Puerto Rock Cristiano y Co-Conductor del programa Vida y Rock.